El funcionario reconoció que los centros financieros de todo el mundo tienen diferentes enfoques sobre cómo para manejar esta área de rápido crecimiento, pero señaló que lo mejor es no tomar medidas drásticas o prohibirla.
En cambio, estamos implementando una «regulación fuerte» para que las empresas que cumplen con sus requisitos y abordan la multitud de riesgos puedan operar, dijo.
Según el responsable de la entidad que regula los bancos y las firmas financieras en Singapur, se trata básicamente de una inversión en un futuro.
Queremos ser uno de los principales actores. Entrar temprano en ese juego significa que podemos tener una ventaja y comprender mejor sus beneficios potenciales y sus riesgos, agregó.
Menon aclaró que hay mucho en juego para la pequeña nación insular, que ya se ha ganado la reputación de ser un centro de riqueza mundial, por lo que debe aumentar sus salvaguardias para contrarrestar los riesgos, incluidos los flujos ilícitos.
Unas 170 empresas solicitaron una licencia a la Autoridad singapurense, lo que eleva el número total de empresas que buscan operar bajo su Ley de Servicios de Pago a unas 400, después de que la norma entrara en vigor en enero de 2020.
Desde entonces, solo tres firmas de criptomonedas han recibido las codiciadas licencias, y otras dos fueron rechazadas.
El regulador se está tomando tiempo para evaluar a los solicitantes para asegurarse de que cumplan con sus altos requisitos, y también aumentó los recursos para hacer frente a altos volúmenes de posibles operadores de servicios, dijo Menon al respecto.
Finalmente, el directivo manifestó que los beneficios de tener una industria de criptomonedas local bien regulada también podrían extenderse más allá del sector financiero.
Podría ayudar a crear empleos, crear valor agregado y creo que más que el sector financiero, los otros sectores de la economía se beneficiarán potencialmente, sostuvo.
El enfoque global sobre las criptomonedas es diverso, pues China tomó medidas enérgicas contra grandes cantidades en los últimos meses, y Japón solo recientemente permitió fondos de inversión dedicados en criptomonedas.
Sin embargo, El Salvador adoptó el Bitcoin como moneda de curso legal, y en Estados Unidos, si bien hay una gran cantidad de opciones para invertir en la floreciente actividad, los reguladores llaman a la cautela.
Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que utiliza criptografía fuerte para asegurar las transacciones, y elimina la necesidad de usar agentes financieros para realizarlas, aspecto que podría dejar fuera de las operaciones a los bancos si no adaptan sus políticas.
mem/lp