Rodeado de cámaras de televisión y con el apoyo de varios de sus exfuncionarios, el exgobernante acudió ante el juez federal interino de la localidad bonaerense de Dolores Martín Bava, a quien había calificado de incompetente y luchó porque lo apartaran del caso.
Tras la fallida presentación del jueves pasado, cuando no pudo exponer por no haber sido relevado del deber de confidencialidad, esta vez llegó al juzgado y según trascendió en medios de prensa como la agencia Télam y Página 12, el expresidente dejó un escrito y no respondió preguntas.
Ahora el magistrado deberá resolver la situación procesal de Macri en los próximos 10 días aunque puede hacerlo antes o después.
El exjefe de Estado ha declarado ser víctima de persecución y en días recientes volvió a alegar que no espió a nadie y que jamás vio ningún informe de ningún familiar del ARA San Juan, desaparecido en 2017, ni de ningún otro buque, tras apuntar contra el Gobierno.
Según el fallo del juez Bava, existió «un interés político nacional que, en el final de la cadena, respondía al entonces presidente de la Nación» y «estas acciones ilegales no fueron ejecutadas por los agentes de base que por motu propio realizaron este espionaje sino, por el contrario, partieron de un interés político nacional que en el final de la cadena, respondía a Macri».
Las querellas de los familiares de los 44 oficiales del San Juan en las últimas horas pidieron prisión preventiva para el expresidente, ante el peligro para el proceso judicial de una autorización de viaje que pidió Macri para ir a Arabia Saudita el venidero 15 de noviembre.
Los casos por seguimientos cometidos desde los servicios de inteligencia bajo la administración de Macri, abarcan a una gran cantidad de personalidades y salieron a la luz el pasado año a través de la actual interventora, Cristina Caamaño, tras varios documentos encontrados dentro del organismo.
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