Las imágenes de los momentos vividos por el líder indígena el 11 de noviembre de ese año y que involucró a muchas personas para salvarlo, entre ellas el presidente argentino, Alberto Fernández, regresaron como un torbellino tras la circulación del volumen del español Alfredo Serrano.
Desde su militancia en el Grupo de Puebla, el director ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) colaboró junto a Fernández y el gobierno de México para salvar la vida de Morales en ese histórico momento.
La embajada de México en Argentina se vistió de gala para recibir a Fernández, autor del prólogo, a su protagonista Evo Morales y a otras personalidades como su entonces vicepresidente Álvaro García Linera, el exmandatario ecuatoriano Rafael Correa y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
El golpe en Bolivia formó parte de la idea de terminar con un momento de unidad y prosperidad en el continente, apuntó en la velada Fernández, quien resaltó la evidente responsabilidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) y calificó de patético que su todavía secretario (Luis Almagro) sea quién hizo todo eso.
El gobernante argentino recordó que el día del golpe contra Evo en Buenos Aires se respiraba un ambiente feliz. Un día antes quedó en libertad Luis Inacio «Lula» Da Silva en Brasil y sesionaba la reunión del Grupo de Puebla.
Fue un momento de gran tensión. Fuimos combinando la salida del avión a México, expresó el mandatario, quien agradeció la ayuda del presidente paraguayo Mario Abdo en esta tarea. Fernández significó que a Evo no lo salvó ni él ni el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Nosotros fuimos instrumentos de una voluntad de un pueblo que lo cuidó, lo protegió y lo ayudó a salir, sostuvo tras resaltar la lealtad de su exvicepresidente Linera.
En otro momento de la presentación, el gobernante argentino recordó que el único país que cambió las estructuras económicas fue Bolivia y eso a Morales no se lo perdonaron, tras añadir que en las elecciones de noviembre de 2019 se conoció en ese país la parte más canalla de la OEA.
Definido como thriller que pone en primer plano la geopolítica tras bambalimas, el volumen relata aquella trama geopolítica que llevó a Evo a México y luego a Argentina, nación que lo recibió durante 11 meses.
Morales, por su parte, resumió que el golpe en su contra fue de Estados Unidos contra el indio y los movimientos sociales. El imperio no acepta que pudimos encabezar una transformación cultural, programática y que exista otro modelo mejor que el que ellos implementan con el neoliberalismo sometido al imperialismo.
En su discurso dejó varias reflexiones, subrayó que la lucha de la humanidad es por los recursos naturales, señaló que algunos medios de comunicación hoy son peor que la bomba atómica y advirtió que en Bolivia hay una nueva derecha racista.
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