La institución puntera en el tratamiento de la Covid-19 desde que debutó aquí la enfermedad en marzo de 2020, explicó que la escasez de combustible les impide mantener el funcionamiento de todos sus servicios.
No obstante, los pacientes ingresados continuarán en la instalación hasta el fin de sus tratamientos, y piensan reanudar a atención cuando se estabilicen los suministros de productos petrolíferos.
Desde inicios de junio Haití vive una grave crisis de combustible que se agudizó en el último mes, mientras las bandas prosiguen los enfrentamientos en la salida sur de la capital, y la coalición de pandillas G-9 y aliados impide el acceso a la terminal Varreaux.
Solo en la última semana fueron incautados siete camiones distribuidores de carburantes y cuatro conductores secuestrados, pese a la promesa gubernamental de establecer un corredor de seguridad.
El Gobierno de Estados Unidos también prometió ayuda a la Policía para el traslado de los carburantes a los surtidores y enclaves estratégicos como hospitales, compañías telefónicas y otras, pero hasta el momento no explicaron las vías, y expertos temen que la medida sirva como excusa para una nueva intervención militar.
Mientras tanto, los bancos anunciaron una reducción de sus días de atención al cliente a partir del lunes, y los abastecimientos disminuyeron considerablemente en los mercados, aumentando los precios de los productos de primera necesidad.
La situación podría empeorar tras el anuncio del Gobierno de República Dominicana del cierre de las fronteras ante la crisis de inseguridad en Haití, nación de la cual provienen muchos de los productos consumidos.
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