La emisora indicó que el paro es por tiempo indefinido, por lo cual se une a la decena de medios tradicionales que limitaron sus servicios, junto a disímiles compañías privadas y hospitales amenazados con el cierre, al menos temporal.
La situación es tan grave que el hospital Bernard Mevs, que atiende a pacientes de Covid-19 dejó de admitir enfermos.
A su vez, la Dirección Nacional de Agua y Saneamiento advirtió que no podrá suministrar el líquido a las comunas de Tabarre, Delmas y Cité Soleil, pues no cuenta con combustible para abastecer las estaciones de bombeo.
Mientras crece la crisis, el primer ministro Ariel Henry que asumió el poder dos semanas después del magnicidio, permanece en silencio, a pesar de sus recientes promesas de solucionar la situación.
Por su parte, las pocas estaciones que aún venden combustible son escenario de protestas, y organizaciones sociales denunciaron que algunas comenzaron a elevar artificialmente los precios.
En este contexto, el recién nombrado fiscal de la capital, Jacques Lafontant, anunció que llevará ante la justicia a todo aquel que posea sitios de almacenamiento ilícito de carburantes, e indicó a la Policía registrar e identificar los lugares sospechosos.
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