«La plata del FMI la usamos para pagar a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo que volviera el kirchnerismo (seguidores de Cristina Fernández)», subrayó Macri en una reciente entrevista con CNN, desmintiendo así que el préstamo -de 44 mil millones de dólares- se usó para pagar deudas anteriores.
Desde la vocera presidencial de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, hasta varios ministros y congresistas criticaron al exmandatario tras sus dichos y calificaron el alto préstamo de stand by de 2018, el cual el actual Gobierno hoy trata de renegociar con el FMI, de «irresponsable y autoritario».
Figuras del oficialista Frente de Todos apuntaron contra Macri por beneficiar a una casta financiera. Solo sigue confirmando con sus declaraciones que tomó una deuda irresponsablemente, arbitrariamente, solo para su beneficio político, y también para el beneficio económico de sus amigos y del grupo financiero, resaltó Cerruti.
En un comunicado, la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Externa expresó que con sus dichos, el exgobernante o dejó «en claro el carácter profundamente político del préstamo que no hubiera existido de no haber sido por la voluntad del entonces presidente de los Estados Unidos», en referencia a Donald Trump.
Asimismo, añadió que Macri desmintió «a quienes se esforzaron por negar la existencia de una relación directa entre el proceso de endeudamiento externo y la sostenida fuga de capitales que se vivió en el país entre los años 2016 y 2019».
Por su parte, el diputado nacional Leopoldo Moreau afirmó en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter, que las declaraciones de Macri confesando que el préstamo del FMI se utilizó para financiar la fuga de capitales por medio de los bancos comerciales debería servir para abrir dos vías de acción. A saber: un procedimiento dentro del FMI por la múltiple violación de su propio estatuto, dijo.
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