El siniestro ocurrió en la ciudad de Ploiesti (sur) y según el director del centro médico, Bogdan Nica, su causa está relacionada con la elevada concentración de oxígeno en las habitaciones debido al gran número de enfermos que necesitan ventilación.
El número de ventiladores y otros equipos conectados al mismo tiempo someten al sistema eléctrico a una enorme presión lo que aumenta el riesgo de que se produzcan cortocircuitos en esos espacios, según la prensa nacional.
Por otra parte todo el sistema sanitario rumano está saturado debido al rebrote de la enfermedad que azota al país pero que ya va quedando atrás, de acuerdo con el ministro de Sanidad, Cseke Attila.
Esta situación obligó a las autoridades a suspender todas las hospitalizaciones no esenciales mientras decenas de pacientes de Covid-19 en estado grave fueron trasladados a otras naciones europeas.
Hoy permanecen ingresados aquí 17 mil 438 enfermos, entre ellos más de mil 800 en estado grave, lo que se suma al bajo porciento de inmunización, solo un tercio de la población, cifra que ubica a este país en segundo lugar en ese negativo indicador por detrás de Bulgaria.
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