En su último informe, la entidad sanitaria señala que los precios elevados, la escasa disponibilidad de insulina, el hecho de que unos pocos productores dominen el mercado de la insulina y la debilidad de los sistemas sanitarios son «los principales obstáculos al acceso universal».
La insulina es la base del tratamiento de la diabetes: convierte una enfermedad mortal en una enfermedad manejable para nueve millones de personas con diabetes de tipo I.
Para más de 60 millones de personas con diabetes de tipo II, el medicamento es esencial en la reducción del riesgo de insuficiencia renal, ceguera y amputación de extremidades.
Resalta el texto que, aunque tres de cada cuatro personas afectadas por diabetes tipo II viven en países fuera de Norteamérica y Europa, representan menos del 40 por ciento de los ingresos por venta de insulina.
La OMS lamenta que el cambio en el mercado mundial de la insulina, que puede producirse a un coste relativamente bajo, a los análogos más caros (insulinas sintéticas) impone «una carga financiera insostenible a los países con menores ingresos»
«En general, la humana es tan eficaz como los análogos, pero éstos son al menos 1,5 veces más caros que las insulinas humanas, y en algunos países tres veces más», señala el comunicado.
Asimismo, revela que tres multinacionales controlan más del 90 por ciento del mercado de la insulina, lo que «deja poco espacio para que las empresas más pequeñas compitan por sus ventas.
Por otro lado, revela que el panorama de los precios también es «desigual» y potencia «la falta de transparencia en la forma de fijarlos».
Ante esta situación, la organización sugiere varias acciones para mejorar el acceso a las insulinas y productos afines, como impulsar su producción y suministro diversificando la fabricación de insulinas análogas biosimilares para crear competencia y reducir los costos.
También considera imprescindible promover la capacidad de fabricación local en las regiones menos ricas y aumentar el acceso a dispositivos asequibles para el control de la glucemia y la inyección de insulina.
En abril de 2021, la OMS lanzó el Pacto Mundial contra la Diabetes, una iniciativa global que apunta a mejoras sostenidas en la prevención y el cuidado de la diabetes, con un enfoque particular en el apoyo a los países de ingresos bajos y medianos.
Datos de esta entidad indican que aproximadamente 422 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes, la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos, y 1.5 millones de muertes cada año en todo el orbe se atribuyen directamente esa enfermedad.
Se estima que 62 millones de personas en las Américas viven con Diabetes Mellitus tipo II y este número alcanzará la marca de 109 millones para el 2040.
La Diabetes Mellitus es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre), que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
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