Súmate a cambiar Chile es el slogan de campaña del ex líder estudiantil y actual diputado por el distrito 28 de la Región de Magallanes.
Como dirigente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, encabezó junto a Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Karol Cariola, las grandes manifestaciones que estremecieron al país en 2011 para exigir una educación gratuita, libre y de calidad.
También desempeñó un rol relevante durante el estallido social de 2019, cuando formó parte del Acuerdo por la Paz que abrió el camino para redactar una nueva constitución en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En las primarias de julio de este año, Boric, del Frente Amplio, se impuso al alcalde de Recoleta y dirigente del Partido Comunista, Daniel Jadue, con 60,37 por ciento de los votos, con lo que se convirtió en el candidato presidencial por la coalición Apruebo Dignidad.
“Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”, declaró en aquella ocasión Boric, al ratificar su compromiso de trabajar con todas las fuerzas de izquierda para transformar el país.
Chile es una de las naciones más desiguales del mundo y, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2018 el uno por ciento de los hogares de mayores ingresos acaparaba más de una cuarta parte de la riqueza nacional; mientras que el 50 por ciento de las familias más pobres sólo tenían el 2,1 por ciento.
De llegar al Palacio de La Moneda uno de sus principales desafíos será poner fin al viejo modelo neoliberal, fortalecer el Estado y avanzar hacia un nuevo proyecto económico justo y sustentable.
Su programa de gobierno se basa en cuatro pilares: desarrollo económico, justicia ambiental, descentralización e igualdad de género.
Entre sus tareas priorizadas está garantizar salarios y jubilaciones dignas para todos, impulsar un sistema universal de salud y reducir la jornada laboral a 40 horas semanales.
El presidente que resulte electo en los comicios del 21 de noviembre deberá enfrentar una situación difícil, marcada por las secuelas económicas y sociales de la Covid-19, la crisis migratoria en el norte y los problemas en La Araucanía.
Boric se opone a la militarización en La Araucanía y promueve el diálogo para la solución de un histórico conflicto en la región sureña donde comunidades mapuche reclaman la restitución de sus tierras ancestrales.
En cuanto a las migraciones por el norte, su propuesta va encaminada a la ratificación y seguimiento de los acuerdos internacionales sobre el tema y la cooperación entre el Estado chileno y los países de origen de los migrantes y refugiados.
Si resulta electo a la presidencia, también tendría entre sus retos poner en práctica la carta magna que emane de la asamblea constituyente, la cual deberá ser sometida a referendo para su entrada en vigor en reemplazo de la establecida por la dictadura.
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