Los asistentes a la ceremonia guardaron un minuto de silencio en memoria de los fallecidos, mientras repicaban las campanas de pagodas e iglesias, sonaban las sirenas de los barcos y la gente encendía velas en lugares públicos donde, como en muchos hogares, las luces habían sido apagadas.
En una alocución que dio inicio al acto central, Do Van Chien, presidente del Frente de la Patria -la mayor organización de masas del país-, compartió el dolor de la sociedad con los familiares de los difuntos y llamó a los vietnamitas a seguir apoyando a quienes quedaron desvalidos, en especial a los huérfanos.
El secretario general del Partido Comunista, Nguyen Phu Trong, envió una ofrenda floral como homenaje póstumo a las víctimas mortales de la enfermedad.
También este viernes y en Ciudad Ho Chi Minh, el Comité de Solidaridad Católica celebró en la iglesia Nhan Hoa un réquiem en el que se oró por el descanso del alma de los difuntos. Al unísono, sonaban las campanas de los templos en todos los distritos de la urbe.
Ayer jueves, entretanto, la Sangha Budista de Vietnam celebró una ceremonia de duelo que incluyó oraciones, ofrendas de inciensos y otros ritos con que los seguidores de esa religión, mayoritaria en el país, despiden a los muertos.
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