De acuerdo con Tankersley, los principales economistas de Biden alertaron desde el principio de su administración que el aumento de la inflación obstaculizaría su presidencia y el desarrollo del país tras el período de recesión causada por la pandemia del coronavirus.
“Los asesores del mandatario cometieron un error de previsión que contribuyó a convertir sus temores en realidad”, explicó.
Según el analista, los funcionarios de la administración sobrestimaron la rapidez con la que los estadounidenses empezarían a gastar dinero en restaurantes y parques temáticos, y subestimaron la cantidad de gente que quería pedir autos y sofás nuevos.
Creían que la disponibilidad generalizada de las vacunas contra el coronavirus aceleraría la vuelta a la vida a la “normalidad”, en la que la gente cenaba fuera y llenaba las habitaciones de los hoteles para asistir a conferencias, bodas y otros eventos en persona, dijo.
En cambio, la aparición de la variante Delta del SARS-CoV-2 durante el verano y el otoño frenó esa vuelta a la normalidad.
Los estadounidenses se quedaron en casa, donde siguieron comprando productos por Internet, tensando las cadenas de suministro mundiales y disparando el precio de casi todo, comentó.
«Las familias estadounidenses no están saliendo a cenar ni a comer ni a ir a los bares locales por culpa de Covid. Se quedan en casa, hacen pedidos por Internet y compran productos», reconoció el líder demócrata durante un recorrido por Baltimore en octubre.
Esto evidencia que la Casa Blanca se sorprendió por la magnitud y la duración de una subida de precios que ha perjudicado los números de las encuestas de Biden y pone en peligro parte de su programa económico en el Congreso.
Desde el punto de vista de la administración, el problema no es que haya demasiado dinero dando vueltas, como insisten los republicanos y algunos economistas, sino que los consumidores están destinando una cantidad de ese dinero a un conjunto reducido de cosas.
“Dicho de otro modo: Si Biden hubiera enviado a la gente vales de viaje o tarjetas de regalo de DoorDash para servicios, en lugar de enviar a los estadounidenses pagos directos como parte de su plan de rescate de 1,9 billones de dólares en marzo-, el panorama de la inflación podría ser diferente”, explicó el politólogo.
La inflación aumentó en todas las naciones ricas durante el último año, analizó en un artículo publicado en el periódico este miércoles, pero subió más rápido en Estados Unidos, donde los precios aumentaron un 6,2 por ciento en octubre con respecto al año anterior.
La Casa Blanca no quiere reconocer su responsabilidad ante la crisis de suministros y considera como verdadera causa al coronavirus.
La falta de detalles específicos sobre qué políticas podrían despejar rápidamente las cadenas de suministro es preocupante. Es hora de que Biden tome las riendas de la situación, concluyó Tankersley.
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