«Vivimos en una sociedad machista y misógina. Hay quienes ganan sus cargos por vía del sufragio y en las propias organizaciones partidistas las obligan a que los abandonen para poner a figuras masculinas en su lugar», advirtió a Prensa Latina Doris Gutiérrez, diputada por el partido Innovación y Unidad.
La abogada hondureña, cuya agrupación política es una de las aliadas al Partido Libertad y Refundación (Libre), reconoció la discrepancia respecto a la cantidad de recursos empleados durante las campañas; mientras las mujeres carecen de financiamiento, los hombres destinan cifras millonarias a su candidatura.
«Esperamos que con la llegada de la primera mujer presidenta, el caso de Xiomara Castro por Libre, aumenten el número de mujeres alcaldesas y diputadas. Actualmente, emprendemos un trabajo de concientización porque el rol femenino no es muy valorado», reconoció.
GOLPE DE ESTADO Y RESISTENCIA
Para Giorgio Trucchi, periodista italiano en Centroamérica y analista político, otra causa contemporánea de esa baja presencia de jóvenes y mujeres es el golpe de estado contra exmandatario Manuel Zelaya en 2009 que fortaleció el bipartidismo tradicional, aunque determinó el surgimiento de una fuerza de oposición.
No obstante, refirió Trucchi a Prensa Latina, durante 12 años persistió la correlación política entre los dos partidos históricos (Nacional y Liberal) y sus posturas de privilegio hacia los hombres; así como, proyectos, modelos y concepción de un estándar de sociedad poco atractivos para las nuevas generaciones.
«Libre nació como brazo y herramienta política del Frente Nacional de Resistencia Popular, organización social surgida en respuesta al golpe. Por tanto, resulta de la convergencia de numerosas organizaciones sociales y populares, y figuras del partido Liberal que siguieron al presidente derrocado», argumentó.
El analista reconoció el esfuerzo, aún insuficiente, de Libertad y Refundación por incorporar esos sectores, no solo a sus filas, sino también al voto favorable para Xiomara Castro y a los planes gubernamentales inclusivos, si ella resulta ganadora en las venideras elecciones generales del domingo 28 de noviembre.
A su juicio, es un proceso lento, difícil, que impacta contra una sociedad patriarcal y violenta contra las mujeres, en un país con uno de los índices de feminicidio más altos de América Latina y el Caribe, y la ausencia de políticas públicas asociadas a la educación, la formación universitaria y profesional.
INEFICIENCIA DE INSTITUCIONES ESTATALES
Una de las propuestas más efectivas de la alianza opositora encabezada por Libre es la conformación de una Asamblea Constituyente Originaria, idea enarbolada desde 2009 cuando no se pudo restituir de inmediato a Zelaya, y la redacción de una nueva Carta Magna, desde la democracia genuina, popular y resiliente.
«Esas medidas son absolutamente necesarias si triunfa el proyecto progresista, de lo contrario sería imposible gobernar en un país con poderes controlados por el bipartidismo, un parlamento como el actual y limitado a nivel socioeconómico por la concentración del poder en un pequeño grupo de familias ricas», señaló Trucchi.
El analista subrayó además la pertinencia de un proyecto social inmediato para detener la profundización de la miseria, fenómeno que afecta a más de 70 por ciento de la población, y la reingeniería del estado, conformado por 250 mil funcionarios públicos, la mayoría de ellos cuadros del partido gubernamental.
El país no cambiará de inmediato, aseguró el experto, pero sí su proyecto debe impactar, en primer término, en las comunidades más pobres, esas que hoy buscan como único camino la emigración hacia el norte o el sur: «alrededor de 300 hondureños abandonan el país a diario, familias enteras con niños y ancianos».
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