En un mensaje de video con motivo de su inminente viaje a Chipre y Grecia, del 2 al 6 de diciembre próximo, el sumo pontífice señaló que “visitarlos me dará también la oportunidad de beber de las antiguas fuentes de Europa: Chipre, una rama de Tierra Santa en el continente (y) Grecia cuna de la cultura clásica”.
Pero aún hoy, indicó Francisco, Europa no puede ignorar el Mediterráneo, un mar que ha visto la difusión del Evangelio y el desarrollo de grandes civilizaciones.
El Mare Nostrum (como lo llamaban los romanos), que conecta tantas tierras, nos invita a navegar juntos, no a dividirnos yendo solos, afirmó el papa al subrayar que “el mar que muchos pueblos abraza con sus puertos abiertos, recuerda que las fuentes del vivir juntos están en la acogida recíproca”.
En ese sentido, se refirió a quienes “en estos años y todavía hoy” huyen de las guerras y la pobreza, desembarcando en las cosas del continente y otros lugares, y no hallan hospitalidad, sino hostilidad y son además instrumentalizados. Tras definir al mar Mediterráneo como “un gran cementerio”, el papa apuntó que, como peregrino a las fuentes de la humanidad, irá otra vez a la isla de Lesbos, convencido de que “las fuentes del vivir en común volverán a florecer sólo en la fraternidad y la integración: juntos”.
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