Con su trigésimo quinto viaje internacional, el sumo pontífice seguirá la ruta trazada por las visitas de sus antecesores, Benedicto XVI, a Chipre, en 2010, y Juan Pablo II, a Grecia, en 2001.
Bañadas por el mar Mediterráneo, ambas naciones europeas de fuerte tradición cristiana ortodoxa comparten antiguos lazos históricos en la encrucijada geográfica entre Oriente y Occidente, en particular Chipre, donde es más visible la herencia cultural proveniente de Europa, Asia y África.
En la isla dividida en territorios habitados por la mayoría étnica de origen griego, en el sur, y la minoría de raíz turca, en el norte, desarrollará Francisco la primera etapa de la gira con estancias en las ciudades de Larnaca y Nicosia, la capital.
Dos días después, el papa viajará a Grecia donde cumplirá un apretado programa de actividades en Atenas y la isla de Lesbos, antes de retornar a Roma el lunes 6 de diciembre.
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