Durante su estancia el sumo pontífice argentino, de 84 años, se reunió con jóvenes de una escuela católica de esta capital, y recorrió la isla de Lesbos,m, donde está emplazado un campamento para indocumentados foráneos.
Allí Francisco pidió el fin de lo que calificó de naufragio de la civilización y destacó que el mar Mediterráneo «es un cementerio frío sin lápidas”, según la prensa local.
Sus palabras aluden a un fenómeno que constituye un tema sin resolver dentro de la Unión Europea por desavenencias en las posturas de los países que integran ese mecanismo.
El obispo de Roma arribó aquí el sábado procedente de Chipre y recibió el saludo caluroso de “una multitud de solicitantes de asilo” en su su visita a los centros de acogida de indocumentados, de acuerdo con reportes de medios de prensa nacionales.
Durante su estancia el papa fue recibido en dos ocasiones por el jefe de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo Jerónimo II, y hoy dialogó con el presidente del Parlamento griego, Konstantinos Tassoulas, y con el líder de la oposición, Alexis Tsipras.
Este sábado Francisco conversó con la presidenta de la República, Katerina Sakeropoulou, y con el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis.
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