Según el mayor grupo empresarial del país, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá en un 6,9 por ciento este año, en lugar del 8,2 por ciento previsto en junio pasado, y también dio marcha atrás al 6,1 por ciento que pronóstico para 2022 al rebajarlo a un 5,1 por ciento.
El reporte publicado este lunes agrega que para abril del año próximo la tasa de inflación llegará al 5,2 por ciento, mientras a finales de 2023 el desempleo habrá disminuido a un 3,8 por ciento.
Los retos para el 1 de enero están ahora bien claros. Los fuertes vientos en contra y el creciente costo de la vida amenaza la recuperación y las perspectivas del éxito económico, señaló el director general de la CBI, Tony Danker.
De acuerdo con el directivo, los problemas que enfrentan las empresas británicas pondrán a prueba la capacidad del gobierno para fomentar inversiones y un crecimiento sostenible.
Rain Newton-Smith, economista principal de la CBI, apuntó, por su parte, que se espera una recuperación firme en el futuro, pero admitió que el surgimiento de la variante Ómicron del coronavirus Sars-CoV-2 representa una amenaza adicional para esos pronósticos.
La situación actual subraya la necesidad de promover una distribución equitativa de las vacunas antiCovid-19 en todo el mundo, que permita salvar vidas y liberar el sector de los viajes internacionales y fomente el comercio, afirmó.
Newton-Smith abogó además por un incremento de las exportaciones como un elemento vital para un crecimiento sostenible, tras advertir que las exportaciones británicas se están quedando atrás comparado con sus socios globales. Aunque la pandemia de Covid-19 trastocó la cadena de suministros a nivel global, en el caso del Reino Unido el problema es acrecentado por la salida de miles de trabajadores europeos tras el Brexit y las nuevas trabas burocráticas que el divorcio impuso al trasiego de mercancías desde y hacia el continente.
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