La primera propuesta partió del diputado del Partido Colorado Ope Pasquet en marzo de 2020 y pasó por varias consultas sin que el órgano legislativo avanzara decididamente.
Hace unos días el Frente Amplio (FA) presentó su propio proyecto, el que está firmado por los legisladores Luis Enrique Gallo, Ana Olivera, Lucía Etcheverry y Cristina Lustemberg.
Gallo indicó al diario El País que “la discrepancia que tiene con el texto de Pasquet es que él se centran en quitar la responsabilidad al médico, mientras el FA considera que se debe consagrar como derecho fundamental del ser humano en determinadas circunstancias”.
Pero aclaró que por objeción de conciencia el médico puede renunciar a practicarla, y a la vez la institución de salud, sea pública o privada, debe designar otro profesional.
La iniciativa frenteamplista reserva la solicitud de eutanasia a pacientes con enfermedad terminal, incurable, intratable e irreversible que padecen sufrimientos insoportables, y para ello formularlo por escrito dos veces separado por 10 días.
Observó en la propuesta de Pasquet como escollo legal la necesidad de derogar el artículo 46 del Código de Ética Médica según la cual la eutanasia es causas de pérdida del título profesional.
Para los frenteamplistas debe estamparse que se considera a la eutanasia una muerte natural, a constar en el certificado de defunción para evitar que los seguros lo tomen como sinónimo de suicidio y negarse a pasar a los beneficiarios.
“Nosotros lo que vimos es que el 99 por ciento de todas las patologías que piden eutanasia son cáncer en etapa terminal, esclerosis lateral amiotrófica y los cuadripléjicos, y en ellas nos centramos”, sostuvo Gallo, quien espera contar con los votos necesarios en el otoño austral de 2022.
Una encuesta realizada por el Sindicato Médico, en mayo de 2020 arrojó que el 82 por ciento de los uruguayos está de acuerdo con la eutanasia por enfermedades extremas.
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