El reloj más famoso del mundo, que lleva más de tres años oculto tras enormes andamios como parte de una reparación capital, dará la cara esta vez por el Ojo de Londres, la noria ubicada al otro lado del río Támesis, donde tradicionalmente se reúnen miles de personas para presenciar los juegos pirotécnicos.
La icónica torre de 96 metros de alto y 177 años de antigüedad no será visible en su totalidad, pues todavía quedan arreglos por hacer, pero sí se podrán apreciar los cuatro relojes de 7,5 metros de diámetro y cuyas manecillas y números recuperaron su color azul de Prusia original, según adelantaron a la prensa los expertos a cargo de la restauración.
El monumento, que forma parte del Palacio de Westminster, sede a su vez del Parlamento británico, se llama en realidad El Gran Reloj de Westminster, y la estructura que lo alberga fue simplemente la Torre del Reloj hasta que la rebautizaron como Isabel en 2012, en conmemoración del medio siglo de reinado de la monarca actual.
Big Ben es la mayor de sus cuatro campanas y, según el sitio oficial del poder legislativo, podría haber sido denominada así en honor al primer comisionado de obras, sir Benjamin Hall, cuyo nombre está grabado en la colosal mole de bronce de 13,8 toneladas de peso.
Sin embargo, la propia página admite otra teoría, la cual señala al famoso campeón de boxeo de peso pesado del siglo XIX, Ben Caunt, a quien apodaban Big Ben.
En esta ocasión, el badajo que golpeará la campana 12 veces para marcar el advenimiento de 2022 será movido por un motor eléctrico, pues el mecanismo original del reloj, que data de 1859, también está siendo reparado.
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(Tomado de Orbe)