El primer ministro Ariel Henry se desplazó a la zona de la tragedia, situada en Cabo Haitiano, en el extremo norte del país, y confirmó la liberación de fondos de emergencia para hacer frente a la situación.
También visitó el hospital Justinien que atiende a las decenas de lesionados.
“En el hospital de Justinien donde visito a los heridos, es con el corazón desgarrado que veo el estado crítico de algunos de nuestros compatriotas ingresados en este establecimiento”, manifestó el titular.
Los hechos ocurrieron durante esta madrugada luego que el vehículo se volcó tras sufrir un accidente. Poco después explotó mientras decenas de personas trataban de recuperar el combustible vertido.
Según el balance de las autoridades, al menos 62 personas murieron, decenas sufrieron heridas y más de 40 viviendas se incendiaron.
La tragedia promovió la solidaridad internacional, y Naciones Unidas confirmó que trabajan junto al Gobierno para ofrecer una respuesta al siniestro, mientras países como México y Francia expresaron las condolencias.
Por su parte, el presidente del Senado, Joseph Lambert, pidió a las autoridades acompañar a las víctimas y tomar las medidas necesarias para que tragedias como esta no se repitan.
El siniestro ocurre tres meses después de que un devastador terremoto sacudiera el sur del país con balance de dos mil 200 víctimas mortales, más de 12 mil 700 heridos y cerca de un millón de personas con necesidad de asistencia.
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