Aunque todas las partes del conflicto ansían la paz, siguen centrándose en opciones militares que no ofrecen soluciones sostenibles, afirmó Grundberg, quien pidió moderación, desescalada y diálogo ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
El oficial expresó su alarma por el aumento del uso de la artillería, los misiles y los ataques aéreos, que ponen en mayor riesgo a las personas, las infraestructuras y los servicios.
Condenó la ejecución sumaria de 10 miembros de las fuerzas de seguridad locales y recordó que las guerras deben seguir estando sujetas a reglas de enfrentamiento.
Los actores del conflicto, explicó, tienen obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, entre ellas la de proteger a los civiles y tratar con humanidad a los prisioneros de guerra.
Durante los primeros tres meses en el cargo, Grundberg dialogó con los yemeníes sobre cómo invertir la actual trayectoria de escalada e iniciar un proceso político para hacer avanzar las conversaciones de paz.
A medida que el conflicto se intensifica, la necesidad de un enfoque global se hace más urgente, dijo el Enviado Especial.
Tenemos que trabajar por una paz justa y sostenible, y no sólo por la ausencia de guerra, explicó Grundberg, lo que requiere un apoyo internacional y regional coordinado.
“El proceso debe reducir la violencia, evitar un mayor deterioro económico y mitigar el impacto del conflicto en la población civil”, concluyó.
jha/age