En un amplio estudio que publica el diario Milenio, se indica que esas mafias batallan también por el control de recursos naturales que coinciden con las rutas de trasiego de drogas en el estado.
La organización no gubernamental, que preside Abel Barrera, en su informe correspondiente a 2021, reveló que se construye un mapa criminal que documenta cómo convergen los distintos grupos criminales.
Según el documento, es en Chilpancingo donde convergen los intereses económicos de los grupos por ser un paso obligado para la región serrana y la zona montañosa, y lo califica como un enclave estratégico para el control de las rutas, disputado por Los Tlacos y el Cártel de la Sierra.
El control de la ruta conocida como Circuito Azul, que comunica a los municipios de Mochitlán y Quechultenango, estaría tomado en manos del grupo de los Ardillos, así como la de Quechultenango rumbo a Ayutla.
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