El mundo no puede derrotar una pandemia de forma descoordinada, dijo Guterres en declaraciones a la prensa desde la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos.
Los Estados miembros necesitan ser «mucho más ambiciosos» en sus esfuerzos para inmunizar al 70 por ciento de sus poblaciones a mediados del 2022, un objetivo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pocos días de que acabe el 2021, comentó, 98 países no han podido cumplir esa meta, y 40 naciones ni siquiera han podido vacunar al 10 por ciento de su población.
En los países de bajos ingresos, menos del 4,0 por ciento de los habitantes han recibido al menos una dosis contra la Covid-19, enfermedad causada por el SARS-CoV-2.
«La inequidad en las vacunas está dando carta blanca a las variantes para que se desborden, devastando la salud de las personas y las economías en todos los rincones del planeta», dijo Guterres.
Según la OMS, las tasas de vacunación en los países de altos ingresos son 8 veces superiores a las de los países de África, por lo que, al ritmo actual, el continente no alcanzará el umbral del 70 por ciento hasta agosto de 2024.
Las vacunas por sí solas no erradicarán la pandemia, sino que evitan la hospitalización y la muerte de la mayoría de las personas que las reciben y frenan la propagación.
Sin embargo, las transmisiones no muestran signos de disminuir. Esto se debe a la inequidad de las vacunas, la indecisión y la complacencia, resaltó.
En su última conferencia de prensa del año en Nueva York, Guterres expresó que el mundo estaba «llegando al final de un año difícil».
En 2021, señaló, la pandemia sigue haciendo estragos, las desigualdades aumentan, la carga para los países en desarrollo es más pesada y la crisis climática aún está por resolverse.
Estoy profundamente preocupado. Si las cosas no mejoran, nos esperan tiempos aún más difíciles, advirtió y denunció los esfuerzos de recuperación asimétricos que aceleran las desigualdades y aumentan las tensiones en las economías y las sociedades.
“Las grandes potencias movilizaron casi el 28 por ciento de su Producto Interior Bruto en la recuperación económica. En el caso de los países de renta media, la cifra se redujo al 6,5 por ciento, y se desplomó al 1,8 por ciento en los países menos desarrollados”, comentó.
Para Guterres, esto es un polvorín para el malestar social y la inestabilidad y supone un peligro claro y presente para las instituciones democráticas.
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