Un nuevo estudio de esa empresa afirmó que la brecha salarial de esas personas en Estados Unidos sigue siendo amplia, especialmente para los nacidos fuera del país, lo cual genera dificultad de movilidad laboral y la creación de riqueza para estas comunidades.
Precisó la investigación que esa diferencia en la retribución laboral se profundiza cuando se une a las desigualdades de género, como el hecho de no considerar a las mujeres trabajadoras latinas, quienes reciben apenas 51 centavos por cada dólar.
A esto se suma la discriminación que ya enfrentan los latinos para solicitar financiamiento de emprendimientos, los obstáculos para acceder a comida y el impacto que tuvo en ellos la pandemia de la Covid-19.
McKinsey and Company, reconocida como consultora estratégica global, significó que los latinos-hispanos nacidos fuera de esa nación acumulan anualmente menos salarios que los nativos, aunque ambos grupos siguen por debajo de lo acumulado por un trabajador blanco.
Además señaló que los migrantes latinoamericanos asentados en ese país representan una mayor cantidad de personas dentro de la fuerza laboral, en comparación con los naturales.
En sentido general ese grupo poblacional tiene muy limitada su capacidad económica para iniciar empresas y negocios propios y participar de lleno como consumidores en la dinámica económica del país, en tanto tienen puestos de trabajo que no representan niveles altos en la jerarquía de las empresas y roles que nadie quiere ocupar.
De acuerdo con el estudio, en la medida que se acentúa la brecha, también lo hace la pobreza y decrecen las oportunidades sociales para los latinos, cuyas familias son más propensas a vivir en esa situación y se vean impedidas de construir una seguridad financiera estable.
oda/crc