En la continuación de la sesión 16 del Comité Intergubernamental encargado de promover la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, ese órgano decidió aceptar la candidatura sobre un plato de celebración profundamente arraigado en la identidad haitiana.
Se trata de una sopa de calabaza tradicional, elaborada con verduras, plátanos, carne, pasta y especias, con la particularidad de que su preparación promueve la cohesión social y la pertenencia entre comunidades.
A propósito de la inscripción, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, afirmó que la Sopa Joumou es más que un plato, porque cuenta la historia de los héroes y heroínas de la independencia de Haití, su lucha por los derechos humanos y su libertad duramente conquistada.
“Es una gran alegría y un orgullo ver que este proyecto se hace realidad hoy, justo dos semanas antes del Día de la Independencia de Haití. Es un importante gesto de reconocimiento para toda la cultura e identidad haitianas, que reforzará aún más su influencia en todo el mundo”, subrayó.
Azoulay, insistió en la capacidad del patrimonio cultural inmaterial de unir a las comunidades en torno a sus conocimientos y tradiciones, y así reforzar la cohesión social.
Esto es especialmente cierto cuando las comunidades se ven afectadas por catástrofes o emergencias, y el patrimonio cultural inmaterial tiene un papel importante en la resiliencia y la recuperación, resaltó la directora general.
La sesión 16 del Comité Intergubernamental comenzó el lunes y se extenderá hasta el sábado, con elementos de varios continentes incorporados ya a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entre ellos cinco de América Latina.
La Fiesta Grande de Tarija (Bolivia), El Pasillo (Ecuador), danzas y expresiones asociadas a la festividad del Corpus Christi (Panamá), los conocimientos del pueblo Awajún sobre la cerámica (Perú) y el ciclo festivo alrededor de la veneración y culto de San Juan Bautista (Venezuela), son los nuevos elementos latinoamericanos.
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