Los vecinos de Damkhieh y Abu Zel en el norte de la provincia nororiental de Hasakeh se concentraron cerca del puesto de control del ejército sirio en las entradas de las dos localidades donde impidieron junto a los militares sirios el paso de dos convoyes estadounidenses.
De acuerdo con la televisión nacional, cada caravana estaba integrada por cinco blindados de las fuerzas ocupantes.
Según activistas citados por el medio, los vehículos fueron apedreados por los pobladores y obligados a retirarse y abandonar la zona.
En una acción similar, los lugareños de Hamo y Qusseir interceptaron una columna de cuatro blindados, acompañados por vehículos artillados de la milicia separatista proestadounidense Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) y los apedrearon.
En el mismo contexto, el canal local Ikhbariya difundió imágenes de un grupo de lugareños enfrentando con piedras a militares del Pentágono en Tal Dahab y los impidieron cruzar por su localidad para llegar a la autovía M4 que comunica las provincias de Hasakeh y Alepo.
A pesar de las repetidas denuncias de Siria en las Naciones Unidas y en los foros internacionales, Washington sigue manteniendo a al menos 12 enclaves, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, principalmente en la región de al-Jazira (este del Éufrates).
Esta presencia ilegal de las tropas norteamericanas, según las denuncias, incentiva la actividad terrorista y separatista y priva al pueblo de sus riquezas naturales ya que los militares de Estados Unidos y su milicia aliada FDS continúan el saqueo del trigo y el petróleo.
La ira popular se incrementa notablemente contra las prácticas de estas fuerzas, y durante el año en curso se reportaron decenas de ataques con explosivos contra convoyes o con cohetes contra sus bases, mientras los militares y pobladores sirios interceptan con frecuencia las columnas militares e impiden su paso.
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