De acuerdo a lo difundido por medios locales, los militares de Damasco impidieron nuevamente el paso de un convoy conformado por varios blindados estadounidense en la localidad de Mansaf Tehtani, en la provincia de Hasakeh, y lo obligaron a retroceder y buscar otro camino para llegar a su destino.
Similares acciones ocurrieron en los poblados de Tal Dahab, Damkhieh Matenieh, Kherbet Amo, Hamo, Aloukah y Tal Berak, donde cientos de civiles enfrentaron con piedras a caravanas de blindados norteamericanos y las obligaron a dar marcha atrás y abandonar la zona.
La ira popular se incrementa notablemente contra las prácticas de estas fuerzas, y durante el año en curso se reportaron decenas de ataques con explosivos contra convoyes o con cohetes contra sus bases, mientras tanto los militares y pobladores sirios interceptan con frecuencia las columnas militares e impiden su paso.
A pesar de las repetidas denuncias de Siria en las Naciones Unidas y en los foros internacionales, Washington sigue manteniendo al menos 12 enclaves, en su mayoría en los campos de petróleo y gas, principalmente en la región de al-Jazira (este del Éufrates).
Esta presencia ilegal de las tropas norteamericanas, según las denuncias, incentiva la actividad terrorista y separatista y priva al pueblo de sus riquezas naturales ya que los militares de Estados Unidos y sus agrupaciones extremistas aliadas continúan el saqueo del trigo y el petróleo.
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