Reclaman en Panamá rescatar memoria histórica sobre invasión de EEUU (+Fotos)
Durante el inicio de los actos oficiales en tributo a los caídos en la agresión, Juan Planells, presidente de la Comisión 20 de diciembre, dijo a Prensa Latina que para ese fin contarán ahora con un nuevo Laboratorio de ADN donado por la Policía Nacional para el estudio de restos de cadáveres exhumados.
Se trata de unas 38 bolsas con esos restos, 30 de ellas pertenecen a las labores de exhumación en el cementerio Jardín de Paz, en provincia Panamá, y ocho del sacrosanto Monte Esperanza, en la caribeña Colón.
Especialistas panameños altamente calificados, indicó, llevan adelante esta tarea que permitirá a los familiares de las víctimas rendir el necesario tributo a quienes ofrecieron sus vidas en aquel acto brutal, unilateral e innecesario que no debemos olvidar.
Planells estimó que para inicios de 2022 se podrían obtener los primeros resultados de este estudio.
También señaló que otra de las deudas es la labor que se realiza para impulsar nuevas denuncias a nivel mundial contra Estados Unidos por la violación de los derechos humanos de los panameños y delitos de lesa humanidad cometidos hace 32 años.
Según historiadores, el 29 de diciembre de 1989, nueve días después de la invasión norteamericana, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenaba la intervención militar norteamericana en Panamá como una flagrante violación del derecho internacional, con 75 votos a favor, 20 en contra y 40 abstenciones.
Los actos oficiales por la fecha en el istmo además incluyeron la inauguración en el barrio mártir de El Chorrillo del Salón Olga Cárdenas, dirigente sindical, fallecida en junio pasado, destacada por su lucha para que se hiciera justicia con los familiares de las víctimas de la agresión.
Una marcha popular partirá desde El Chorrillo hasta la Asamblea Nacional y otra manifestación de los sindicatos se congregará frente a la embajada estadounidense en la nación canalera para condenar aquella barbarie que segó la vida de panameños aún por cuantificar.
Hace 32 años el Istmo fue laboratorio de la más alta tecnología de guerra diseñada por los Estados Unidos, según el libro “Cuando los gringos bombardearon el trineo de Santa Claus”, un compendio de lo publicado en el Quincenario Bayano, en febrero de 1990 y otros textos elaborados con posterioridad.
La denominada Causa Justa, cuyos objetivos expuestos eran acabar con la supuesta dictadura y capturar al exgeneral Manuel Antonio Noriega, restaurar la democracia y dar bienestar al pueblo, lo que en realidad trajo fue la muerte al barrio mártir de El Chorrillo, en plena capital, que desapareció en parte por la artillería y las ‘operaciones quirúrgicas’ desde helicópteros.
Decenas de muertos civiles se acumularon en las calles, sin permitir a sus familiares rescatarlos, mientras las tanquetas cruzaban sobre ellos.
Esa imagen dantesca es solo una pincelada de los horrores vividos por las familias de esa comunidad, el periférico San Miguelito y la caribeña ciudad de Colón, aunque hubo otras agresiones a objetivos económicos, civiles y militares como puertos y aeropuertos.
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