A partir de enero del año próximo, esa entidad de Naciones Unidas entregará sólo la mitad de la ración mínima diaria a las familias necesitadas y si no consigue recursos urgentes, tendrá que hacer más recortes, señaló el vocero.
Unos ocho millones de habitantes de Yemen recibirán menos alimentos, mientras que cinco millones, que corren el riesgo inmediato de caer en condiciones de hambruna, seguirán con una ración completa, añadió.
Las reducciones se producen en el peor momento posible para las familias que dependen de la asistencia alimentaria del PMA para sobrevivir, racalcó Haq.
En los últimos tres meses, el consumo inadecuado de alimentos -una medida del hambre rastreada por el PMA- aumentó rápidamente, mientras la devaluación de la moneda y la hiperinflación llevan a la economía al borde del colapso.
De acuerdo con datos de la ONU, los precios de los alimentos se duplicaron en gran parte de Yemen durante este año, empujando a más personas a depender de las ayudas humanitarias.
Sin nuevos fondos, pronto serán inevitables reducciones más severas en las raciones distribuidas por el PMA y esto afectaría también el tratamiento de la desnutrición y la alimentación escolar de los niños.
El PMA necesita 813 millones de dólares para seguir ayudando a los más vulnerables en Yemen hasta mayo del próximo año.
Mientras que para cubrir el trabajo en el 2022, requiere mil 970 millones de dólares con el fin de seguir proporcionando asistencia alimentaria vital a las familias al borde de la hambruna.
Según Naciones Unidas, Yemen padece una de las peores crisis humanitarias del mundo debido, en gran medida, al conflicto que enfrenta a tropas gubernamentales con rebeldes hutíes.
La crisis escaló en 2015 con el comienzo de bombardeos de una coalición antiinsurgente liderada por Arabia Saudita.
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