Un comunicado de esa institución especificó sobre la naturaleza controlada de ese compartimiento del avión en comparación con otros entornos cerrados, lo cual agrega una medida adicional de protección a pesar de que la variante Ómicron del coronavirus SARS-Cov-2 parece ser más transmisible.
Según David Powell, asesor médico de la IATA, los factores que contribuyen a los riesgos muy bajos incluyen las características del diseño de la aeronave (dirección del flujo de aire, tasa de intercambio de aire y filtración), la orientación hacia adelante de los pasajeros mientras están sentados, el enmascaramiento bien reforzado y medidas sanitarias mejoradas.
La IATA, que cuenta con casi 300 empresas aéreas miembros alrededor del mundo, indicó que las autoridades de salud pública no han sugerido más medidas para ambientes interiores como resultado de la nueva variante, y reiteró que el uso correcto de mascarillas, no ha cambiado y es aún más importante.
Esa Asociación representa a unas 290 aerolíneas que comprenden el 83 por ciento del tráfico aéreo mundial, y pidió recientemente a los gobiernos que pusieran fin a las prohibiciones de viaje impuestas por la aparición de Ómicron.
Ante esa situación pidió para el futuro estrategias de las aviaciones civiles adaptables, proporcionadas, no discriminatorias y que se revisen con frecuencia teniendo en cuenta los últimos datos de la pandemia, que ha causado grandes pérdidas al sector aéreo en los últimos dos años.
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