De acuerdo con la coalición de organizaciones caritativas, entre el 11 de noviembre y el 21 de diciembre, tras el surgimiento de la nueva variante Ómicron, Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido adquirieron 513 millones de dosis adicionales, mientras que África recibió apenas 500 millones en el transcurso de 2021.
No nos engañemos, los gobiernos de las naciones ricas son culpables de la inseguridad y el miedo que una vez más se cierne sobre esta Navidad, afirmó Anna Marriot, directora de Salud de la PVA y de Oxfam, una de las 80 entidades que forman parte de la alianza internacional.
Según Marriot, al impedir que los países más pobres tengan acceso a las vacunas, el mundo desarrollado contribuye a prolongar la pandemia y todo el sufrimiento que provoca. El informe divulgado este viernes cita el caso del Reino Unido, tras la llegada de la variante Ómicron se propuso como meta administrar un millón de dosis de refuerzo diarias, equivalente a inmunizar al 1,46 por ciento de su población en cada jornada.
Si cada país fuera capaz de poder vacunar al mismo ritmo que el gobierno británico, solo tomaría 68 días aplicar una primera dosis a todos los que la necesitan, y para finales de febrero de 2022 no habría nadie sin vacunar, aseguró la PVA, tras recordar que solo el 8,6 por ciento de la población africana tiene el esquema completo de inmunización contra la Covid-19.
También acusó al Grupo de los Siete, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, de incumplir su promesa de donar mil millones de vacunas al mundo subdesarrollado, pese a que en marzo próximo tendrán un excedente de mil 400 millones de dosis.
La coalición de organizaciones que abogan por una distribución justa de los tratamientos contra la Covid-19 arremetió además contra las grandes farmacéuticas por negarse a compartir la tecnología para desarrollar vacunas de nueva generación con los programas creados por la Organización Mundial de la Salud.
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