«El fallecimiento del arzobispo Desmond Tutu es un gran golpe no solo para la República de Sudáfrica, donde deja enormes huellas como héroe en la lucha contra el apartheid, sino para todo el continente africano, donde es profundamente respetado y celebrado como pacificador», expresó Kenyatta en un mensaje a su par sudafricano, Cyril Ramaphosa.
Sus condolencias las hizo extensivas al pueblo y a la familia del fallecido prelado, al que recordó como icono africano de la libertad, la paz y la reconciliación siempre sonriente.
A través de su distinguida labor a lo largo de los años como clérigo, luchador por la libertad y pacificador, el arzobispo Tutu inspiró a una generación de líderes africanos que adoptaron sus planteamientos no violentos en la lucha por la liberación, añadió el mandatario keniano.
Nacido en 1931, el arzobispo Tutu fue un clérigo de la Iglesia anglicana y defensor de la lucha contra el apartheid que ganó el Premio Nobel de la Paz en 1984.
Posteriormente fue nombrado presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de su país tras el desmontaje del régimen segregacionista de minoría blanca.
A Tutu le diagnosticaron un cáncer de próstata a finales de la década de 1990 y en los años recientes fue hospitalizado en varias ocasiones para tratar infecciones asociadas a su tratamiento. No fueron reveladas las causas de su muerte este domingo.
«A la edad de 90 años, murió pacíficamente en el Oasis Frail Care Center en Ciudad del Cabo esta mañana», dijo Ramphela Mamphele, presidente en funciones del Archbishop Desmond Tutu IP Trust y Coordinador de la Oficina del Arzobispo, en un comunicado en nombre de la familia Tutu.
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