En apenas una semana, el país, que había logrado sostener la baja de casos desde septiembre, triplicó las cifras que desde el lunes último se encontraban en nueve mil diarios para llegar ahora a 42 mil treinta dos.
Con largas filas para testearse en la ciudad capital y otras partes, Argentina también sobrepasó en esta jornada los cinco millones y medio de infectados desde la llegada del virus al país y los 117 mil fallecidos.
Las cifras preocupan. En mayo, cuando la nación atravesaba una dura segunda ola, los números más altos llegaron a 41 mil 80 y aunque la cifra de fallecidos es hoy mucho más baja y la mayoría de los enfermos son aislados en su casa, es preocupante el avance de la pandemia, sobre todo en lugares como Córdoba, la provincia de Buenos Aires y esta capital, donde una importante cantidad de personas se contagió con la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2.
En rueda de prensa este miércoles, el jefe de gobierno de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, manifestó la intención de intención de acortar los tiempos para la aplicación de la tercera dosis de la vacuna y de ampliar la cantidad de centros de testeos, como parte de la estrategia sanitaria para enfrentar la subida de casos.
Larreta subrayó que en coordinación con el Gobierno nacional, empezarán a acortar el tiempo que transcurre entre la segunda dosis y la aplicación de la tercera que hasta el momento tenía un intervalo de cinco meses.
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