Un año atrás la Cámara de Representantes aprobó por mayoría regular la expansión de tierras dedicadas a forestales en perjuicio de otros renglones agropecuarios.
Desde entonces el mandatario amenazó con ejercer el veto en caso de que dicha legislación recibiera el respaldo del Senado, lo que en efecto ocurrió en fecha reciente.
Por iniciativa del partido Cabildo Abierto (CA), y el apoyo del Frente Amplio, el proyecto disponía que el total de bosques de rendimiento y generales plantados no podía superar el 10 por ciento de la superficie del país bajo explotación agropecuaria, y la superficie forestal ya supera un millón de hectáreas
Al anuncio ejecutivo del veto el senador del CA, Guillermo Domenech reaccionó con críticas a que priorizara “los intereses de dos empresas multinacionales”, en referencia a productoras de celulosa para la industria papelera.
El líder de esa formación política, Guido Manini juzgó que el veto presidencial fue un error y acudió a la oficina de Lacalle Pou para persuadirle a desistir, y este lo esperó con el decreto de objeción firmado.
Lo acontecido marcó, además, otro capítulo de contradicciones entre Cabildo Abierto y los también integrantes de la coalición electoral gobernante de los partidos Nacional y Colorado.
El senador frenteamplista Alejandro Sánchez reiteró el criterio de que la decisión del Poder Ejecutivo de utilizar un recurso constitucional contra la voluntad del Poder Legislativo “es una mala señal”.
Acerca de la sesión de la jornada, el también presidente de la Comisión Permanente reparó en que falta una mayoría especial de tres quintos de votos para levantar la observación presidencial, lo mismo que para aceptarla.
Señaló entre los procedimientos probables se realizarían dos sesiones y pasados 30 días quedaría firme el veto o se limitaría parcialmente a los artículos fundamentales de la propuesta para proteger tierras que se pueden utilizar para producción lechera.
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