«El diagnóstico y el tratamiento oportuno de la ansiedad en edades tempranas podrían ser clave para reducir el riesgo de que los niños y adolescentes desarrollen psicosis”, según la publicación científica Biological Psychiatry.
Los datos sugieren que tanto los factores de riesgos genéticos como los ambientales, entre ellos, la privación, los traumas infantiles y la condición de minoría, contribuyen a su desarrollo.
Además, los individuos que desarrollan psicosis son más propensos a mostrar problemas socioemocionales.
La infancia y la adolescencia son «la fase central de riesgo para desarrollar trastornos de ansiedad que se convierten en factores de riesgo para los trastornos mentales generales en la edad adulta», puntualiza la fuente.
“Los investigadores encontraron asociaciones más sólidas de niveles altos y persistentes de ansiedad con los trastornos psicóticos que con las experiencias psicóticas”, resaltan los científicos.
La ansiedad persistente en la infancia y la adolescencia puede constituir un mejor indicador del desarrollo de un futuro trastorno psicótico formal, enfatizaron los expertos.
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