Esta conclusión podría contradecir la hipótesis sobre el mal uso de esos medicamentos que favoreció la aparición de mutaciones de resistencia en ciertos gérmenes, y constituye la causa de muerte de un millón de personas cada año por enfermedades de origen bacteriano sin respuesta a ningún tratamiento, según la OMS.
Científicos de la Universidad de Cambridge, del Instituto Wellcome Sanger y el Real Jardín Botánico de Kew lideraron la investigación junto a representantes del Instituto Statens Serum (Dinamarca) y otros 56 centros internacionales, para la cual secuenciaron 828 muestras de la bacteria tomadas de varias partes del cuerpo del erizo.
Determinaron que ciertos linajes de MRSA (siglas en inglés de Staphylococcus aureus resistente a meticilina) aparecieron en erizos europeos a principios del siglo XIX, antes del uso clínico de los antibióticos, precisó la publicación.
El 60 por ciento de los ejemplares estudiados son portadores de un tipo de superbacteria denominada mecC-MRSA, por contener el gen mecC, causante de una de cada 200 infecciones por MRSA en humanos.
Según los autores, la resistencia a la meticilina se debería a la presencia en los erizos de esta bacteria y del hongo parásito Trichophyton erinacei, este último productor de dos antibióticos que desencadenarían una respuesta de defensa y su adaptación como MRSA.
Pese al desconocimiento exacto del origen de la mayoría de los genes resistentes a los antibióticos, se identificaron hasta el momento a 12 familias de patógenos, principalmente en hospitales y residencias para adultos mayores.
El actual estudio sugiere que los erizos tuvieron un papel principal en la existencia de algunas de las cepas bacterianas resistentes, como la mecC-MRSA, aunque es aceptado que la aparición de resistencia a los antibióticos en las bacterias fue impulsada por el abuso del uso clínico.
Indicó que la mayoría de los patógenos humanos, incluidos otros tipos de MRSA, probablemente adquirieron sus genes de resistencia a los antibióticos en respuesta a nuestro uso. Esto no quita que algunos de los genes de resistencia a los antibióticos puedan provenir de bacterias en animales salvajes.
Por otra parte, las bacterias multirresistentes provocan 33 mil muertes al año en Europa. La Organización Mundial de la Salud incluye en su lista a las Acinetobacter, Pseudomonas, Klebsiella, E. coli, Serratia o Proteus. La bacteria MRSA se identificó por primera vez en pacientes en 1960 y es considerada como un patógeno prioritario para el desarrollo de nuevos antibióticos, con prioridad dos de tres (crítica, elevada y media).
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