Las precipitaciones azotaron partes de la isla occidental, incluidas las provincias de Jambi y Aceh, durante días; generando temor por el daño de la economía local y el aumento en los casos de Covid-19.
Más de 50 personas fallecieron como resultado de las inundaciones en todo el país, que afectó gravemente a los estados de Selangor, Johor y Melaka, al otro lado del Estrecho de Malaca desde Sumatra.
Residentes locales aseguran que las inundaciones ocurren en el área todos los años y que el gobierno necesita evitarlas mediante la limpieza de los sedimentos de los ríos circundantes, haciéndolos más profundos para evitar su desborde después de fuertes lluvias.
Los habitantes del territorio se resguardan con familiares, en mezquitas y salas de oración y en refugios de emergencia especialmente construidos para estos fenómenos.
Los médicos del área temen que las inundaciones causen una serie de condiciones médicas la par con la propagación de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV2.
Esto resulta un problema adicional porque los desplazados comparten un espacio limitado en refugios donde el distanciamiento social es difícil.
El domingo pasado, el regente del norte de Aceh, Muhammad Thaib, declaró un estado de emergencia oficial como resultado de las inundaciones.
Medios de prensa locales aseguran que el gobierno regional espera que la construcción de la presa de Keureuto, cuya finalización estaba programada para 2023, alivie el problema, pues contendrá el agua del río Krueng Keureuto y seis de sus afluentes.
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