En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional el mandatario Andrés Manuel López Obrador respondió así a una pregunta por los tres años que han pasado sin que el lujoso aparato tenga un futuro cierto a pesar de que ya fue “rifado”, pero no físicamente, sino en valores monetarios. Explicó que el asunto radica en que el modelo normal de la nave prevé llevar hasta 240 pasajeros, como uno parecido en la flota de Aeroméxico que vuela a Europa.
El aparato presidencial tiene solamente 80 espacios porque posee oficinas, recámaras, baños, salones de reunión y otras comodidades que lo hacen específico, y no se puede reconvertir a su diseño original, es decir, volver a convertirlo en nave de pasajeros, porque según los técnicos de la empresa es muy difícil y costaría muchísimo dinero.
Anunció que analizan algunas variantes para salir del aparato, entre estos cambiarlo por varios helicópteros según precios equivalentes a su avalúo para usarlos en los incendios forestales, o entregarlo a las autoridades del nuevo aeropuerto para rentarlo, pero hay que ver si es beneficioso o no.
El avión, dijo, refleja la irracionalidad de aquella época, el derroche, el lujo y la extravagancia pues está diseñado solamente para viajes largos de más de cinco horas sin necesidad de recargar combustible y con costos de operación altísimos.
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