El llamado colapso ortostático es una pérdida súbita de presión debida a la transición repentina de una posición horizontal a una posición erguida.
“La sangre se drena del cerebro, se producen mareos, la persona puede perder el equilibrio, caerse y lesionarse, incluso en casos extremos, desmayarse», subraya la fuente citando al neurólogo, Ígor Orlov.
Cuando suena el despertador, las personas no pueden incorporarse de inmediato, porque esa brusca transición de la posición horizontal a la vertical demanda de esfuerzo para la circulación, comentó Orlov.
El experto recomienda tirar de los dedos de los pies, flexionar las piernas, tratar de estirar las rodillas, girar el cuello, arquear la espalda y luego de unos minutos incorporarse suavemente.
Insistió que los movimientos -dirigido a preparar el cuerpo para la actividad del día- deben ser sin esfuerzo, ni tosquedad.
Orlov aclaró que este breve calentamiento no sustituye los ejercicios físicos que realizan las personas para estar en forma, excepto que su por condición de salud deban permanecer en cama.
Otras fuentes denominan al colapso como hipotensión ortostática, que consiste en una caída de la presión arterial sanguínea que viene como consecuencia de que una persona haya estado de pie durante un tiempo prolongado, o cuando se pone de pie después de haber estado sentada o acostada.
Una gran cantidad de sangre se acumula en las piernas impidiendo que la cantidad normal de sangre regrese al corazón, lo que da como consecuencia que tampoco sea posible que una cantidad adecuada de sangre salga del corazón para circular hacia el cuerpo, principalmente al cerebro.
Con esto se produce una disminución momentánea del flujo sanguíneo al cerebro y la persona puede llegar a desmayarse.
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