El también ex primer ministro sostuvo que habrá otros arrestos, y criticó las trabas de los “grandes de aquí” a la justicia, mientras alabó la cooperación internacional, en un mensaje en Twitter.
Según medios locales, Jaar fue detenido el viernes en República Dominicana cuando intentó cruzar la frontera, aunque las autoridades vecinas no confirmaron aún el arresto.
Poco después del magnicidio, la Policía haitiana acusó a Jaar, un narcotraficante convicto y exinformante de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en ingles), de proveer alojamiento y armas al comando armado colombiano.
Se estima que el presunto magnicida fue detenido como parte de una operación del Buró de Investigación Federal (FBI, por sus siglas en inglés), y debe ser extraditado a Estados Unidos, pese a que República Dominicana y Haití tienen un tratado de extradición.
A inicios de esta semana, Marco Antonio Palacios, exmilitar colombiano sospechoso de participar en el asesinato, declaró ante un tribunal de Estados Unidos, y confirmó que formó parte del equipo Delta que ingresó a la habitación del expresidente, aunque descartó ultimarlo.
Palacios es el primer imputado formal por el magnicidio, pese a que las autoridades de Haití tienen apresados a unas 40 personas en la Penitenciaría Nacional.
También a mediados de noviembre, otro supuesto implicado, el empresario Samir Handal fue apresado en Estambul, Turquía, durante la escala de un vuelo, sin embargo, aún no fue extraditado a Puerto Príncipe.
Las recientes detenciones dan un impulso a la investigación del asesinato, que se encuentra estancada desde hace varios meses, y recientemente el juez de instrucción, Gary Orélien, liberó a cuatro policías sospechosos, sin ofrecer una explicación.
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