Alrededor de mil 200 viviendas de desplazados de esa etnia fueron destruidas por el fuego, acotó el periódico Prothom Alo.
Al menos cinco mil personas se quedaron a la intemperie después del incendio.
Unas 850 mil personas de esa minoría musulmana viven en una red de asentamientos situada en el distrito bangladesí de Cox’s Bazar, en la frontera con Myanmar, tras ser expulsados por la violencia de esa nación.
En total, Bangladesh acoge a más de 1,1 millones de rohingyas que huyeron de la vecina Myanmar durante una campaña genocida de las fuerzas de seguridad en 2017.
Las condiciones en los campos de refugiados son difíciles y la infraestructura y los servicios locales están al límite.
La OIM tiene actualmente un equipo médico móvil sobre el terreno para prestar la asistencia necesaria y movilizó kits de artículos para ayudar a los necesitados.
También, la OIM tiene la intención de realizar evaluaciones técnicas junto con otras entidades humanitarias para satisfacer las necesidades de alimentación, salud, protección, agua, saneamiento e higiene de los refugiados.
La reparación/reconstrucción de refugios y el acceso a instalaciones para cocinar son las principales prioridades mientras las familias afectadas tratan de recuperarse de los daños causados por el incendio, dijo Nusrath Ghazzali, oficial a cargo de la OIM en Bangladesh.
No es la primera vez que se produce un incendio en los campamentos rohingya de Cox’s Bazar y los funcionarios atribuyen a menudo el origen de los mismos a las bombonas de gas para cocinar.
En marzo del año pasado, 10 mil casas fueron destruidas en un fuego masivo en cuatro campamentos, según el diario The Daily Star.
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