Glencore anunció el pasado 28 de junio su intención de adquirir la participación respectiva del 33,3 por ciento de Anglo American y BHP en Cerrejón con quien compartía la explotación a partes iguales.
Ahora, aseguró, completó la compra tras las correspondientes aprobaciones de las autoridades reguladoras.
Según el comunicado, el pago en efectivo de Glencore a las empresas beneficiarias después de tener en cuenta los dividendos generados por los sólidos flujos de efectivo operativos de 2021, junto con otros ajustes, será de 101 millones de dólares.
Señaló el texto que la compra es consistente con su estrategia de reducción de emisiones, que busca disminuir un 15 por ciento su huella de carbono en 2026, un 50 por ciento en 2035 y totalmente en 2050.
La mina de carbón del Cerrejón está ubicada en la cuenca del río Ranchería, al sureste del departamento de La Guajira, al este de la Sierra Nevada de Santa Marta y al oeste de la Serranía del Perijá, en la línea con la frontera con Venezuela.
Por sus características, es una de las minas más grandes a cielo abierto del mundo.
En junio de 2020, los abogados de la comunidad Wayú presentaron una solicitud a la Relatoría especial de Organización de Naciones Unidas (ONU) para que se detuviera de inmediato el proyecto por cuestiones ambientales y de derechos humanos
Ese mismo año, la ONU recomendó a Colombia suspender, al menos parcialmente, la actividad en la mina, debido a sus efectos sobre el medio ambiente y las minorías indígenas locales.
De acuerdo con las denuncias, los operadores son responsables del desplazamiento forzado de comunidades indígenas y afrodescendientes y de contaminar el aire de forma consistente en el territorio de la Guajira.
Asimismo, advierten que la explotación minera contaminó las fuentes de agua y se encontraron altas concentraciones de metales pesados en la sangre de las personas que viven cerca a la mina, lo cual puede provocar enfermedades graves como cáncer.
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