Además, este martes se dio a conocer el Plan Regional de Respuesta para Refugiados, que comprende 623 millones de dólares para ayudar a 5,7 millones de afganos desplazados y comunidades locales en cinco países vecinos, informó el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric.
El recrudecimiento del conflicto, unido a la peor sequía en 20 años, han hecho que 24,4 millones de afganos, más de la mitad de la población allí, necesite ayuda humanitaria, de acuerdo con datos de Naciones Unidas.
Según destacó el coordinador humanitario de la ONU, Martin Griffiths, las condiciones para la mayoría de familias son insostenibles y se avecina una catástrofe humanitaria en toda regla, de no actuar con urgencia.
Un millón de niños están en riesgo de sufrir malnutrición aguda si no se produce una respuesta inmediata, enfatizó el alto representante.
En tanto, el Programa Mundial de Alimentos advirtió que con el invierno llegando a su punto máximo, millones de afganos corren el riesgo de morir de hambre.
La mitad de la población ya padece hambre aguda, detalla esa agencia de ONU, mientras que debido a las malas condiciones del clima se cancelan vuelos y muchas carreteras están bloqueadas, incluido el paso de Salang, una importante puerta de entrada al norte del país.
Tras la salida intempestiva de las fuerzas de Estados Unidos, luego de unos 20 años de ocupación militar, y el retorno al poder del movimiento Talibán en agosto de 2021, la crisis en Afganistán se agudizó y millones de personas fueron desplazadas o huyeron del país.
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