Con tan solo siete gramos una persona también obtiene cierta protección ante problemas cardiovasculares y cáncer, precisa la revista Journal of the American College of Cardiology.
Los resultados respaldan las recomendaciones dietéticas actuales de aumentar la ingesta de aceite de oliva y otros aceites vegetales insaturados, puntualiza la fuente.
«Los médicos deberían aconsejar a los pacientes que sustituyan ciertas grasas, como la margarina y la mantequilla, por aceite de oliva para mejorar su salud”, enfatizaron los científicos.
Según la revista Plos One, los médicos también recomiendan el consumo de aceite de oliva para reducir el riesgo de padecer la depresión.
Con tan solo dos cucharadas al día el aceite extra virgen reduce la inflamación, mejora el revestimiento de los vasos sanguíneos, previene la coagulación sanguínea excesiva y protege al sistema nervioso garantizando buen estado de ánimo.
Otra publicación científica, Nutrients, aseguró que contiene sustancias que pueden prevenir el cáncer colorrectal y combatir células cancerosas.
Incluirlo en la dieta contribuye a una adecuada función cerebral y es capaz de disminuir las placas beta-amiloides que logran acumularse en las células del cerebro, acto que guarda relación con la enfermedad de Alzheimer.
Un ensayo clínico realizado demostró que el aceite de oliva disminuyó en más de un 40 por el riesgo de padecer diabetes tipo 2, además de reducir en los seres humanos la inflamación y los niveles elevados de glucosa, colesterol y triglicéridos.
También bajó la inflamación que provoca la artritis reumatoide y disminuye el estrés oxidativo que presentan algunas personas con esta enfermedad.
Otro de los beneficios del aceite de oliva -aseguraron las fuentes- es que aporta nutrientes capaces de inhibir o matar a algunas bacterias, como la Helicobacter pylori, una bacteria que vive en el intestino y puede generar úlceras y cáncer de estómago cuando no es eliminada.
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