El organismo estatal invitó a todas las instituciones gubernamentales a reflexionar sobre las medidas encaminadas a proteger a la población y se comprometió con priorizar la sensibilización de la ciudadanía para reducir el impacto de los siniestros.
Haití se sitúa sobre una extensa red de fallas geológicas y solo en 2021 los servicios sísmicos registraron mil 647 terremotos, el mayor de ellos de 7,2 de magnitud con epicentro en el sur del país.
Ese movimiento telúrico del 14 de agosto cobró más de dos mil 200 vidas, mientras 12 mil 700 personas resultaron heridas, 130 mil viviendas destruidas y los daños materiales superaron los mil millones de dólares.
Los temblores registrados el pasado año suponen un aumento del 230 por ciento con respecto a 2020, cuando se reportaron 499 en todo el territorio nacional, de acuerdo con un informe de la Oficina de Energía y Minas. El incremento de estos fenómenos pueden haber activado nuevas fallas en el mar de esta región y estas tienen un potencial sísmico de 7,2, indicó por su parte Claude Preptit, director de Energía y Minas.
Preptit precisó que “si estas fallas se activan, dado que están en el mar, es probable que provoquen un fuerte terremoto seguido de un tsunami en la costa norte del sur peninsular”.
El primer ministro Ariel Henry reconoció la víspera que el Gobierno debe trabajar de manera intensa para gestionar mejor este tipo de catástrofes, y tiene la obligación de acompañar a la población.
A propósito de la ceremonia por los 12 años transcurridos desde el siniestro, señaló que el país aún llora a sus muertos y las heridas continúan abiertas.
Aquel terremoto con 7,0 de magnitud, uno de los más devastadores en la historia registrado, provocó 316 mil fallecidos, 350 mil heridos y un millón 500 mil damnificados.
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