Thomas L. Knapp, director y analista principal de noticias del Centro William Lloyd Garrison, en un análisis sobre la situación en Europa y las diferencias entre Estados Unidos y Rusia, apuntó que “esperar que Putin saque a Estados Unidos y a la OTAN de una mala situación creada por ellos mismos con una sumisión abyecta no es una estrategia para la paz, es una receta para el desastre”.
Knapp, residente en Florida, Estados Unidos, descaracterizó los argumentos de Washington contra Moscú para crear un escenario de guerra en Ucrania.
Señaló afirmaciones del secretario de Estado, Antony Blinken con relación a los sucesos de Kazajastan cuando dijo que “que una vez que los rusos están en tu casa, a veces es muy difícil conseguir que se vayan.»
Eso es la sartén por el mango. Más de 30 años después de la disolución del Pacto de Varsovia, 77 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos todavía mantiene 40 mil soldados en Alemania, subrayó.
El experto también abordó el compromiso de los estadounidenses con el presidente Mijaíl Gorbachov de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte no se expandiría ni un solo centímetro hacia el este en la antigua esfera de influencia soviética.
Esa garantía, sostuvo, codificada en varias negociaciones y documentos posteriormente desclasificados, distaba mucho de ser «informal» como pretenden los partidarios de una OTAN en expansión. Podría haber evitado que la transición de Europa Oriental hacia la independencia se convirtiera en la tercera guerra general europea en un siglo, indicó.
La OTAN, apuntó, incumplió su palabra. En 1999, la alianza inició una marcha hacia el este, hacia la todavía considerable esfera de influencia de Rusia y hacia sus fronteras -el resultado preciso que Gorbachov temía y al que se le prometió que no ocurriría. Desde 1999, casi duplicó su número de estados miembros en lugar de disolverse como debería, planteó.
El experto describió un hipotético escenario creado por el Pacto de Varsovia cerca de la fronteras estadounidenses al ingresar a ese agrupación a países como Nicaragua, otros centroamericanos y el propio México.
“Sospecho que la respuesta de EEUU y la OTAN se parecería bastante a la respuesta rusa a las actuales locuras de EEUU y la OTAN en el este de Europa y Ucrania: Una severa advertencia de retirarse o sufrir graves consecuencias”, subrayó.
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