Dicho bloque de hielo – uno de los mayores conocidos en el mundo hasta la fecha-se desprendió de la plataforma de hielo Larsen-C de la Antártida en 2017, recuerda la revista Remote Sensing of Environment.
Un nuevo estudio sobre el mismo precisa que colisionó sin mucha notoriedad en las aguas que rodean las Islas Georgias del Sur.
Su quilla se redujo a 141 metros por debajo de la superficie del océano, lo que evitó que encallara en el fondo, que por esa zona tiene unos 150 metros de profundidad.
La liberación de 152 mil millones de toneladas de agua dulce cerca de la isla podría tener un enorme impacto en el hábitat marino de la región, y ahora la investigación se encamina en esa dirección.
Casi inmediatamente después de su desprendimiento, se fragmentó en dos partes, por lo que el bloque principal pasó a llamarse A-68A y su descendiente más pequeño se convirtió en A-68B. En abril de 2020, el A-68A perdió nuevamente otro trozo, al que se denominó A-68C.
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