Henry aseguró que continuará buscando asistencia legal en el contexto de la investigación junto a los miembros de su gabinete.
El jefe de Gobierno recibió numerosas críticas luego que organizaciones de derechos humanos y medios de prensa lo relacionaran con Joseph Felix Badio, un abogado señalado por organizar el magnicidio.
La Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos aseveró en un informe que Henry conversó durante la jornada del asesinato con Badio, una información que el premier no confirmó ni negó.
Asimismo, investigaciones de prensa indicaron que el abogado visitó la residencia oficial del primer ministro meses después del asesinato, a pesar de las órdenes de arresto en su contra.
Sobre este particular, Henry no se pronunció aún, aunque en declaraciones a los medios calificó de “desviaciones” las acusaciones.
Moïse murió baleado en su residencia privada de la capital, y casi siete meses después la pesquisa se encuentra estancada. La semana pasada, el juez que investigaba el caso, Gary Orélien, renunció al archivo, y ahora podría enfrentarse a una indagación de la Policía tras las denuncias de presunta corrupción.
Por su parte, las autoridades de Estados Unidos ya imputaron a un sospechoso, el exmilitar colombiano Marco Antonio Palacios, mientras el empresario y narcotraficante convicto Rodolphe Jaar se presentará mañana martes ante los tribunales.
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