En esos lugares también fue suspendido el nivel crítico rojo de peligro terrorista y se estableció el naranja, con lo cual concluyó la operación en su contra en todo el país, según la agencia de noticias TASS.
En esta capital se mantuvo el nivel naranja (medio) de alerta y el amarillo (moderado) en las regiones de Kazajastán occidental, Karagandá, Kazajastán septentrional y en la ciudad de Balkhash.
El Comité de Seguridad Nacional kazajo explicó que en las condiciones actuales seguirá aplicando medidas operativas para identificar a los organizadores y participantes en los disturbios masivos de la primera semana de enero en el país.
Las fuerzas del orden están autorizadas a controlar los movimientos de los vehículos y a inspeccionarlos para detectar armas y explosivos.
El pasado 2 de enero comenzaron las protestas en varias localidades de Kazajastán, provocadas en un principio por el aumento del precio del gas licuado.
Las manifestaciones de los primeros días se convirtieron en disturbios, acompañados de hechos vandálicos, sabotajes y acciones contra el orden institucional, con ataques a policías, militares y autoridades en muchas ciudades del país, principalmente en Almaty.
La situación se estabilizó el 7 de enero, luego de la llegada al país del contingente de paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, ayuda solicitada a ese grupo militar por el presidente kazajo, Kasym-Zhomart Tokáyev, tras lo cual se levantó el estado de emergencia en todo el país hasta el 19 de enero.
Según la Fiscalía General, a causa de los disturbios 225 personas perdieron la vida y más de cuatro mil 500 resultaron heridas, mientras los daños materiales están valorados entre dos mil y tres mil millones de dólares.
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