Su directora, Jocelyne Colas Noël, indicó a la prensa que las víctimas no solo se contabilizaron en las zonas controladas por las bandas armadas, y criticó a las autoridades gubernamentales, que, a su juicio, han hecho muy poco para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Este mismo organismo religioso que desde hace casi 20 años informa sobre la violencia de las pandillas, reportó más de 700 muertes violentas en la capital durante 2021, una cifra considerablemente mayor que en años anteriores.
Ante esta situación actual, la Comisión Episcopal llamó al Gobierno, y al Consejo Superior de la Policía Nacional a adoptar con urgencia acciones que frenen este fenómeno, y promuevan el respeto a los derechos humanos de los individuos.
La ampliación de las zonas de control de las bandas armadas, así como el aumento de los secuestros, asesinatos y masacres en barrios populares marcaron el 2021, y la situación se deterioró particularmente tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, ocurrido en julio de ese año.
En la primera semana de enero, el primer ministro, Ariel Henry, denunció ser víctima de un atentado, mientras pandillas asesinaron a dos periodistas en una de las zonas más acomodadas del país.
Henry reconoció a mediados de enero el lastre de la inseguridad y volvió a comprometerse con restaurar la paz.
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