Informes del Departamento del Tesoro aireados este martes incrementaron las alarmas entre los estadounidenses en momentos en que la nación se enfrenta a un proceso inflacionario y a perspectivas de un alza en los tipos de interés.
Según el diario The New York Times, la superación de ese umbral de deuda llegó años antes de lo previsto como resultado de los billones de dólares de gasto federal que el país despliega para combatir la pandemia.
Los cinco billones, que financiaron la ampliación de las prestaciones por desempleo, el apoyo financiero a las pequeñas empresas y los pagos de estímulo, se financiaron con dinero prestado.
La avalancha de préstamos necesitados en estos años dejó a la nación con una carga de deuda tan grande que el gobierno necesitaría gastar una cantidad mayor que toda su economía anual para poder pagarla, apuntó el Times.
Durante años, distintas administraciones prometieron limitar el endeudamiento federal y reducir el déficit presupuestario, que es la diferencia entre lo que el país gasta y lo que ingresa.
Solo con el presidente Bill Clinton, Estados Unidos tuvo un superávit presupuestario entre 1998 y 2001.
Sin embargo, comentó el diario neoyorquino, el control de los déficits pasó de moda en los últimos años, incluso durante el gobierno de Trump, cuando los legisladores sobrepasaron los límites presupuestarios y pidieron dinero prestado para financiar los recortes de impuestos y otros gastos federales.
Esta situación de endeudamiento contribuyó a paralizar parte de la agenda del presidente Joe Biden al trabar las negociaciones sobre la red de seguridad y la propuesta de gasto climático de dos billones de dólares.
La deuda nacional bruta representa la deuda que tiene el público, como los individuos, las empresas y los fondos de pensiones, así como los pasivos que una parte del gobierno federal debe a otra.
La renovada preocupación por este tema y los déficits en Washington, aseveró el Times, se produce tras años de desatención a las consecuencias del gran gasto.
Durante el gobierno de Trump, la mayoría de los republicanos dejaron de ser halcones fiscales y votaron a lo largo de las líneas del partido en 2017 para aprobar un recorte de impuestos de 1,5 billones de dólares junto con el aumento del gasto federal, remarcó la publicación.
Luego de escabrosos debates entre republicanos y demócratas, el Congreso acordó en diciembre de 2021 elevar el límite de deuda de la nación a unos 31,4 billones de dólares.
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